¿No en cualquier trabajo, renta o casi lo que sea hay un preaviso de por medio?
Si tan solo hubiera uno, sí un preaviso con los cambios de comportamiento de los niños, sería feliz.
Este último año, con ellos hilvanados a nuestras piernas, con un ¡mamáaaaaaa! al infinito que poco a poco deja de tener sentido (irónicamente), pues al final, los niños pasan de una etapa a otra sin remedio y sin “Agua va”.
El preaviso por favor
Mis hijos en general tienen ciertas preferencias, como sea que le pueda llamar. El más pequeño sobre todo está conmigo y la mayor con su papá, típico de la edad ¿no?
Pues de la noche a la mañana se cambiaron los roles, mi hijo empezó a hacer el duo perfecto con su papá y mi hija se confiaba más a mí.
No debería de sorprendernos, y hasta estar agradecidos, que en ocasiones batallamos por que uno u otro hable con nosotros.
Una noche hace unas semanas, estábamos pensando en lo rápido y despacio que ha pasado este año fuera de serie (que es poco decir), y de como nuestros hijos también habían cambiado, un poco a causa del “no puedes por el bicho” y otro poco por su propio desarrollo.
Aunque nos agarró desprevenidos, fue como una revelación y hasta cierto orgullo de “tenemos a ambos bien sintonizados con nosotros” (sus padres), que por fin se abrían poco a poco y que este “cambio repentino” sin ningún preaviso para acomodar las ideas y estrategias, había transformado las dinámicas de la casa.
El encierro
Todos hablamos del encierro y de como nos pone los nervios de punta, que hay días buenos y también otros que no lo son tanto, pero, y un gran, pero es que se habían desgastado, de alguna manera, nuestros momentos “especiales” con cada uno.
Esa falta de contacto y una vida que se había concentrado en el núcleo familiar con tanto ruido por la pandemia, había afectado todas nuestros hábitos ¿Ustedes no sienten lo mismo?
Estar y no estar
Eso del tiempo de calidad, me parece y lo repito, un adjetivo bastante denso, pues en el día a día, hacemos cosas tan mundanas como hacer la comida, tareas, etc…y eso señores es tiempo y quiero pensar que de calidad.
Ahora bien, con eso de las relaciones personales y familiares a larga distancia, las pantallas están al orden del día y formaron una nueva manera de vivir y participar con nuestra tribu, que no digo para nada que esto sea malo, es lo que hay y como expat, siempre lo hemos hecho, aunque con menor frecuencia.
Y ni hablar de los horarios, que en esta casa están patas arriba, pero poco a poco, hemos llegado a algunos “acuerdos” de tiempos entre nosotros y el resto del mundo.
En este año tan peculiar, que he estado con ellos más de lo que nunca había estado, solo noto lo grandes que están por las fotos, corríjanme si me equivoco, pero ¿no han crecido los niños demasiado en estos tiempos?
Y bueno me gustaría decir que cada etapa es maravillosa, y que todo va a mejorar, y sí lo creo, pero verlos ya en plan de “niños grandes” y con muchas expectativas del mundo, aunque este esté en encierro hasta nuevo aviso, no puedo creer lo rápido que crecen y de cómo ellos ya están formando su propio camino.
¿Un pre-aviso?
Sí, aunque fuera de unas horas para atesorar cada minuto de una etapa que se va para siempre.
Muchas gracias por leerme y si quieren compartir cómo ven la vida desde el encierro con sus hijos, aquí tienen el espacio.
Ilustraciones de Nathalie Jomard