Encerrados en casa y el barco de papel (marzo 2020)
Nos encerraron, parecían vacaciones en un inicio, al menos para los niños, poco a poco entendimos que duraría más de lo previsto. Dejando a un lado toda la incertidumbre y enfocándome al 100 en mis hijos de 7 y 5 recién cumplidos y con una fiesta aplazada, decidí ponerme en la mejor disposición para ellos, de ahí salió la idea de “El barco de papel”.
Si bien ya había acabado y bloqueado el “mood” estrés al máximo, empezamos a organizar actividades. En ese momento comenzaba el calor, y se aplazaban todas las salidas previstas, así que les dije: ¿Hacemos un barco?
El barco de papel
Con esos ojitos de sorpresa y una ráfaga de preguntas que me costaba llevarles el paso, les dije que era como hacer una piñata, les mostré algunos ejemplos en Pinterest, hicimos litros y litros de engrudo, cortamos millones de periódicos en cuadros y conseguimos unas cajas los suficientemente sólidas para armar el barco de papel.
El engrudo
El engrudo (harina y agua) es la mejor solución cuando se hacen este tipo de actividades y no quieres gastar una fortuna en pegamento, además de que se solidifica como piedra y la piñata o en su defecto el barco, aguanta todas las aventuras que los niños imaginen.
El engrudo fue como un regalo para el menor, estaba tan pero tan contento de sentir esa textura y embarrar todo el barco pegando papelitos que bueno, bastaría con verle la sonrisota de oreja a oreja.
Por otro lado, la mayor, lo vio, sintió la textura y casi tenía esas arcadas en sus ojos, diciendo simplemente guacalaaaaaaaaa, y mejor se puso a unos metros de seguridad de su hermano.
La casa y el barco de papel.
La casa parecía un taller improvisado, con un barco de papel a medio terminar en medio de todo. Por el calor se secaba bastante rápido entre capa y capa, pero ellos estaban demasiado emocionados como para esperar, así que conseguimos la pintura y vimos algunas opciones mientras se secaba.
Eso, por otra parte, era música para los oídos de Laïyna, la pintura la ama con todo su ser; aunque por el tiempo y el hecho de que todo estuviera cerrado, terminé usando la pintura de la casa (cof cof), con dos brochas grandes, empezamos a pintar el barco de blanco.
¿Cuánto tiempo invertimos en el barco de papel?
Pues a decir verdad como los niños, no querían esperar demasiado, lo hicimos en unos 4 días. Después de llenarlo de color, le procuramos una bandera pirata (no podía faltar) y lo echamos al mar.
Marek era el pirata Baba Negra, mientras que Laïyna era una sirena con un canto exquisito que podía hacer volar el barco. No tienen la idea de cuantas historias hubo en él, pero como todo y bajo advertencia de no dejarlo a la intemperie y mucho menos bajo la lluvia, el barco de papel pasó a mejor vida en un par de semanas, tal vez tres.
Actividades en familia
Estas actividades, de crear, imaginar y hacerlo real, en familia, nos dio la oportunidad de pasar un buen rato juntos, fuera de la televisión, la creatividad de cada uno se superaba entre sus dibujos de mapas del tesoro y recorridos por sus mundos imaginarios. Hicimos videos, leímos, vieron películas en él y hasta comieron como si fuera una mesa.
El barco de papel pasaba de la sala, a la tele, de la tele al comedor y hasta hicieron una cama en él. Muñecos, peluches, legos y todo el arsenal tuvo oportunidad de volar en la imaginación de mis hijos, hasta que olvidamos un día el barco y llovió, haciéndolo desaparecer poco a poco.
¿Hacemos otro barco?
Ufff cuando me lo dijeron con una voz un tanto tímida, les dije que mejor haríamos otras cosas, que podíamos ver más opciones y decidiríamos más tarde.
Mientras pasaban los días, y seguíamos encerrados, nos dimos cuenta de que era el inicio de algo grande, y no precisamente bueno.
He tratado de darles su espacio, hacer cosas juntos y en general estar para ellos. Aun así, parece que nunca es suficiente, y ya hemos esperado tanto a que termine este medio confinamiento, que también existe esa doble impresión de remar en contra corriente, por un lado, también ellos han pagado la cuenta de no tener las mismas opciones que antes; hacer “cosas” juntos y por el otro lo que hay que hacer y lo que no se puede.
Pero poco a poco nos hemos ido adaptando y entre tanto, he encontrado actividades simpáticas para ellos, aunque en regla general, es tiempo y paciencia, pues, aunque parece repetitivo, ellos también tienen ese sentimiento de encierro, las actividades extraescolares canceladas pero sobre todo de lejanía con sus seres queridos y esa promesa de pronto veremos a la familia mexicana.
Así que, nosotros hicimos un barco de papel enorme, pero también en algún punto, les enseñé el Nintendo y les mostré como jugar, con un poco de culpa, pero también de alivio. Al final ya estábamos los cuatro jugando “Luigi’s mansión”….pero eso es otra historia.
¿Ustedes se animarían a hacer un barco de papel gigante, o piñata o algún proyecto del estilo? ¿han hecho alguna actividad con sus hijos, del tipo piñata, papel y engrudo?
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